De los maricones y desleales será el reino de los cielos

Gracias a Dios, fui dotada de una inteligencia, que me permite ahora, desahogarme por medio de este blog sobre algo que siempre he pensado pero que hoy se me hizo más evidente que de costumbre.
Hay gente que es simpática, que le cae bien a todo el mundo, según mi modo de ver las cosas, eso implica ser tibio en tus apreciaciones, nunca mojarse el culo, nunca quedar mal con nadie, de otro modo no le agradarías a todos, decir lo que piensas tiene un riesgo y es que el resto considere que estás equivocado y te ganes comunmente una antipatía. Irónicamente la gente sin opinión, o mejor dicho, aquella que teme manifestarla en público, por que puede ser tachado por otro individuo tanto o más pelotudo que el primero, aquellas personas del montón, que son uno más de la masa, que le tienen un pánico horrible a diferenciarse, peor aún, se ríen de la diferencia, por más banal que esta sea, esas señores son las personas que triunfan en la vida.
El tipo que en la micro putea con una mano en la boca para que nadie sepa que fue él, el que insultó, el tipo que en la pared de un baño, o en cualquier instancia de expresión tan democrática como esa, insulta a medio mundo y firma con pseudónimos casi siempre ridículos o sexuales, el tipo que dice ser "apolítico" cuando con suerte sabe exactamente el significado de la palabra o puede nombrar alguna bancada nacional, el tipo que cuando se toma una decisión, se abstiene siempre y dice sumarse a la mayoría, que a él no le importa, y así... ya lo decía Don Víctor, Chile es el único país donde existe la frase "ni chica ni limoná" y creo que no es coincidencia, en Chile se aprecia no tener opinión, en parte por que casi nadie la tiene, es lo común, es lo in, es la moda, es normal, y lo normal es bueno, y ahi hay un problema.
Incubus viene en 1 mes y medio, así que como regalo mi canción favorita del disco, disfruten.