Llegó la hora de decir adiós

El lunes en la noche, después de mi primer día de clases, tuve que ir a dejar a mi primo al bus en la quinta normal, que tanto carrete albergó en mis años de calcetinera no tan lejanos, para que se lo llevaran a talcahuano y basicamente en dos años más lo devuelvan a la casa hecho un marino.
Y fue triste me cargan las despedidas, siempre trato de evitarlas, me carga la sensación de vacío, es por eso que creo le tengo tanto miedo a la muerte, soy una persona aprensiva, pero no tener a la gente que amo cerca simplemente me colapsa. Y para muchos es irrelevante que un primo se vaya, pero como me he encargado de dejar claro mi familia es bien aclanada, y la distancia y las muertes de los más cercanos me desencajan bastante, aparte no es cualquier primo es mi hermano chico. Cada vez que me estoy quedando dormida me acuerdo de él, y creo haber soñado un par de veces con el momento en que nos despedimos, también pienso en lo extraño que será cuando vuelva, y el cabro chico mañoso, inmaduro y tierno, vuelva convertido en un adulto serio, estricto y disciplinado, ojalá no logren cambiar su esencia.
Nunca he tenido mucha onda con las fuerzas armadas, los militares, en general con los uniformes que no sean mi delantal blanco precioso, pero tengo la sensación de que ese es su camino y lo hace feliz, por primera vez me di cuenta de que si quieres a alguien tienes que dejarlo ser, siempre lo había leido en las tarjetas village pero en honor a la verdad ese tipo de frases hechas nuncas las digiero e integro.
Pero no todo es tan malo, de regalo una canción de babasonicos que conocí hace más de un año cuando salió "anoche" para mi gusto la mejor canción del disco.